El típico y archiconocido
pan de pueblo es un tipo de pan blanco cuyo proceso de elaboración requiere de unos tiempos y amasado más elaborados.
Fórmula cualitativa: Harina de fuerza de trigo, levadura fresca, sal, agua y masa madre.
También podemos añadirle agua ligeramente templada que ha estado durante varios días macerando pasas (esto es opcional).
En un primer momento la masa presenta una apariencia pegajosa, pero poco a poco se va añadiendo harina (la cantidad de la misma dependerá de la humedad y temperatura ambiental) hasta que esté compactada y forme una masa homogénea y elástica, y se desprenda fácilmente de las paredes de la amasadora. Se deja fermentar esta masa hasta que leve ligeramente (unos 40 minutos aprox.), para después ser trabajada a mano. Se bolean las piezas y se vuelve a dejar fermentar cubierta con un paño húmedo. Pasado un tiempo se vuelve a amasar a mano y ligeramente enharinada, para posteriormente formar las piezas que queramos..., barras de 300 gr., 500 gr., 1 kg, hogazas...podemos darle la forma que más nos guste, y las depositaremos sobre un tablero o placa de panadería con un poco de harina, y las dejaremos fermentar a temperatura ambiente, como mínimo dos horas.
Pasado el tiempo recomendado realizaremos varios cortes en forma de cruz en la parte superior y hornearemos las piezas durante unos 30 minutos a 220ºC. El pan está en su punto cuando al golpearlo en la parte posterior suena hueco.
El resultado es un pan de considerable corteza, crujiente y de color oscuro, y una miga blanca, esponjosa y tierna, con grandes ojos y ligeramente húmeda, de intenso sabor y aroma. Un pan muy sabroso elaborado artesanalmente con harinas de calidad.
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